Esta ruta no la vamos a describir como las demás, ya que la vamos hacer a modo de crónica, gracias a nuestro compañero "Loro" que ha escrito la siguiente crónica de la excursión realizada por la Sierra la Argueña en Castalla.
Cumpliendo con mi oficio, piedra con piedra, pluma con pluma, empiezo esta escritura con alegría y bravura.
Todo comenzó a las 7.30 horas del domingo 13 de febrero de 2011, donde cuatro aventureros, Javi, Paco Arraez, Alberto y Loro, vuestro humilde servidor, nos encaminamos a una nueva y bonita aventura: "alcanzar la cima de la sierra, el alto de la Replana, con 1228 m. de altitud. Antes debíamos comprar parte esencial de nuestro viaje, el pan. Después de mucho buscar, nos dirigimos a ver al "Pericus" más conocido como Pedro el de la gasolinera por Javier.
Una vez terminado nuestro primer objetivo, emprendimos marcha hacia Biar, donde recogimos a Alberto y proseguimos hacia nuestra encrucijada, la citada Sierra de la Argueña, situada a unos 7,3 km de Castalla. Comenzamos a caminar en la Fuente de la Carrasca, a la que llegamos por la carretera CV-811, donde antes de llegar a una curva a la izquierda y junto a una casa con cipreses, sale a mano derecha un camino que tomamos hasta subir a la citada fuente.
Comenzamos a andar, con un poco de frío y mucho entusiasmo. Allá en el horizonte, divisamos una majestuosa obra arquitectónica: se trataba del Pou de Nue que tiene una forma hexagonal. Nos acercamos para verlo de cerca y contemplar toda su belleza, que actualmente se está restaurando en su totalidad, salvaguardando su figura y esplendor, sin duda es algo digno de ver.
Seguimos nuestro camino, subiendo y bajando, bajando y subiendo y así sucesivamente, hasta llegar a uno de los puntos más ansiados, el lugar del almuerzo. Aquí llegó el momento de sacar otra de las partes esenciales de nuestras excursiones: el vino. Esta vez nos acompañó un Enrique Mendoza, más concretamente un Pinot Noir del 2005. Con un buen vino y una buena compañía, le hicimos acto de ausencia al hambre y proseguimos nuestro camino.
Nos encaminamos hacia nuestro gran objetivo, coronar la cima. Acompañados de un día casi perfecto si no fuera por el poco viento que soplaba, y unas maravillosas vistas, llegamos al punto geodésico, a 1228 m. de altitud.
Después de las fotos de rigor y de apreciar la sublime hermosura que nos brinda la naturaleza, iniciamos la bajada al punto de partida, donde nos esperaba mi apreciado Mini (partícipe de nuestras últimas aventuras)
Y, por supuesto, no podía faltar una merecida cerveza, la auténtica bebida energética por excelencia, la cual nos la tomamos en L'Arc (Biar).
Espero que os haya gustado esta aventura y os esperamos en la próxima.
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